HACIENDA PARA ALGUNOS
Me gustaría darme de baja en el mundo civilizado que nos toca vivir, pero no sé dónde está el registro para hacerlo.
Es muy duro soportar el cainismo que vivimos a diario en la política española con una ultraderecha desatada contra la "normalidad" democrática que nos costó más de cuarenta años conseguir y la alternativa Feijóo que busca no perder cuota electoral sumándose a las mismas barbaridades, como "la caza del moro", con bulos y falsedades que tergiversan la realidad con el único fin de justificar sus desmanes.
Lo más lamentable es que les siguen un montón de descerebrados que solo entienden "cuanto más peor, mejor" que no hicieron la transición o no leen un libro de historia aunque los maten. Pero lo triste es el cada día mayor porcentaje de jóvenes que siguen sus mensajes en las redes y declaran sin tapujos su voto para estas organizaciones. ¡Menudo país dejamos con este retorno al pasado!
Si miramos fuera de nuestra frontera es terrible el espectáculo televisivo de ciudades destruidas, arrasadas, con niños llorando ensangrentados, muertos de hambre sin ningún futuro como seres humanos. Mientras, los organismos internacionales se limitan a realizar declaraciones de papel que no llevan a ninguna parte y se ríen de ellas personajes como Putin, Netanyahu o Trump. ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Para que han servido dos guerras mundiales?
Luego está el goteo de la corrupción nacional, que es como una maldición que nos persigue para recordarnos que la dictadura dejó "atado y bien atado" las peores prácticas de la política, con una ambición desmedida por los que viven de lo público que va desde el que gobierna (a todos los niveles) hasta quienes acuden al concurso de obras y subvenciones donde aparecen recursos del Estado que provienen de los que pagamos impuestos, principalmente los trabajadores.
No voy yo a sumarme a la doctrina de que no se deben pagar, pero no solamente los que tenemos nómina. Este país necesita una revolución fiscal que haga aflorar patrimonios ocultos y elimine las exenciones de grandes empresas o sociedades que convierten su carga fiscal en irrisoria. Hacienda no somos todos, si no que se lo pregunten a Cristóbal Montoro.
Mientras tanto encuentro el registro, dejaré de ver los medios para relajarme.
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