A ORILLAS DEL ÓRBIGO

Cae la tarde en la ribera del río Órbigo, un caminante solitario va por el camino polvoriento seperteante de la orilla perdiéndose en la espesura de la frandosa chopera. Los últimos rayos del sol peinan sus siluetas, la suave brisa de la tarde sisea entre las hojas. Murmullos de juguetonas cascadas acompañan al ensimismado deambulante. Olores a heno,a madera cortada mientras de la viejas espadañas llegan notas de la vetustas campanas anuciadoras de la dura huella de la vida que deja el tiempo en el peregrino hacia el destino incierto. Soledad de la tarde tranquila que va dejando paso el día a la noche como la vida a la muerte, el presente al recuerdo,todo es camino... un paso primero otro después un suspiro y otro... pero todo queda. ¡No eches la vista atrás para ver el camino que nunca de la misma forma volverás a pasar¡. Se va el día ,la mañana, la tarde, la noche,la vida. Se queda la materia, la tierra las ...